jueves, 25 de junio de 2009

Indiferencia

o todo lo contrario.......

Hace apenas unos momentos he llegado del Hospital de ver a mi querida Hermana Isa, en sus brazos y en su pecho estaba amarrada la pequeña Arancha, de apenas dos días de vida entre nosotros. Mamaba y a ratos lloraba. Se movía y gesticulaba -ahora un bracito ahora el otro- un mohín en su cara sonrojada, un sueñecito ligero, otro lloriqueo desesperado.

Vive.

Seguramente echaba de menos la paz del vientre de su madre, aún no era la fecha y alguien la ha arrancado de su sueño, de su oscuridad, de su tranquilidad. Nadie ha tenido en cuenta sus deseos, la han absorbido y traído hasta nosotros.

Bienvenida.

Después, en casa, entre mis tareas pendientes tenía el visualizar HOME (http://www.youtube.com/homeprojectES), me apetecía, pues hace poco mandé a muchos de mis amigos el enlace para que la vieran y en cambio yo no lo había podido hacer aún.

Qué decir.

No tengo palabras para expresar lo que siento, esas imágenes y ese texto no han podido dejarme indiferente. Siento la necesidad de tener que cambiar algo. Necesito provocar que algo cambie en mí y en mis alrededores. Necesito desahacerme de tantas cosas materiales que hasta ahora he considerado imprescindibles que no sé por donde empezar. Quiero aprender a vivir con lo necesario, no abusar de lo que obtengo con tanta facilidad. No derrochar agua ni alimentos. No utilizar con exceso los excesivos vehículos de los que dispongo.

Ayuda.

Si has visto la pelicula, hazmelo saber. Dime tu opinión, dime si te ha llegado tan hondo que sientes la necesidad de hacer algo. Dime que no sientes indiferencia. Dime que tienes miedo. Dime qué podemos hacer.

Hagamos algo.

jueves, 18 de junio de 2009

Sonrisas y Abrazos

He decidido llenar mi vida de sonrisas y abrazos

Noto que al sonreír la expresión de mi cara se distiende, las arrugas de la frente se suavizan, los ojos se relajan, la mandíbula se ensancha y mi rostro en general adopta la expresión de una persona que sabe lo que quiere, de una persona que esconde un agradable secreto, de una persona que invita a la conversación y, en definitiva, de una persona que te resulta familiar. Al cruzarme con otros por la calle veo que algunos se quedan con las ganas de saludarme; si me doy cuenta a tiempo, soy yo el que inicia el saludo.

El tema no resulta fácil, pues yo soy más bien de expresión adusta, pero lo que comenzó como un ejercicio de voluntad, observo que poco a poco se va convirtiendo en algo habitual. Cada vez tengo que esforzarme menos en sonreír y la gente que pulula a mi alrededor lo nota. Ahora soy más conversador, más asequible, más cercano......y resulta que esto me gusta. Como también me gusta abrazar, pero no ese abrazo con palmadita en la espalda (la palmadita es como un diapasón que marca el tiempo de su duración), si no un abrazo envolvente, de rozamiento total, de entrega absoluta, de silencio, de empatía, de comprensión, de amor.....

Cuando abrazo a alguien noto lo importante que es la proximidad entre las personas. El cuerpo del abrazado normalmente responde con algo de rigidez al primer contacto, y si persisto en el intento, hay personas que intentan alejarse con rapidez, pero también hay otros que, por un segundo, se relajan y comparten conmigo ese momento.

De bebé, sonreír y abrazar son actos intuitivos que se realizan de manera inconsciente, pero con el paso del tiempo vamos perdiendo esa naturalidad.

Volvamos a recuperar nuestra capacidad para abrazar y sonreír, nos lo merecemos.