jueves, 18 de junio de 2020

TRAS EL CONFINAMIENTO, UNA NOCHE LIBRE

Para plumas más expertas quedará el ánalisis de estos meses pasados encerrados en nuestras casas, otros serán los que evaluarán y sacarán conclusiones acerca de la Pandemia, muchos dirán y no callarán sobre el Covid19, por eso yo me limitaré a poner unas cuantas fotos de lo que para nosotros, Susana y yo, ha supuesto el primer día de salida trás el, para nosotros, no demasiado duro encierro domiciliario.

Pues eso, que un jueves cualquiera decidimos volver al Leletemovil para ver si todo estaba en condiciones, y para ello, qué mejor que hacer nuestra rutina.......
Ya llegando al sitio vimos que había muy poco tráfico y muy pocas autocaravanas por la zona, cinco o seis nada más, así que pudimos coger nuestro sitio habitual sin ningún problema.
Teoricamente estaba prohíbido el baño aún en las playas de Santa Pola, pero el agua invitaba a saltarse cualquier prohibición, o no???.
Tuvimos la agradable sorpresa de encontrarnos con el Yogui y con Enara, compartimos unas cervezas y después de comer decidimos acercarnos a otro sitio que nos gusta mucho y donde tenía pensado pernoctar
El Alto de las Antenas, en la cara Norte del Maigmó, llegamos y no había nadie, salvo el agente de vigilancia de la caseta forestal. El tiempo había cambiado radicalmente, el viento aumentaba y la temperatura descendía hasta llegar a los 11 grados
Menos mal que tenemos ropa de reserva en el Leletemóvil, así que me abrigué y salí a hacer unas cuantas fotos.
Tal y como sospechaba la cosa no era tan sencilla como en otras ocasiones, el de la caseta me dijo que si pensabamos quedarnos allí tenía que llamar a sus superiores para dar parte, le dije que no había problema, y así lo hizo.

Tan sólo media hora tardó el Agente Forestal Titulado en llegar hasta donde estabamos aparcados, muy amablemente nos comentó que no podíamos quedarnos allí a dormir, aunque sí a observar las estrellas o a cualquier otra cosa que no fuera besar el catre
Lejos de mi ánimo discutir, y más con el viento que hacía y el zarandeo de la AC que no nos permitiría dormir demasiado bien, así que calladamente y después de una hora de estar por allí disfrutando del paisaje

Decidimos volver a la playa, a ver si teníamos suerte y podíamos coger nuestro ya habitural sitio en la calita, como así fue.....estupendo, allí no hacía nada de viento y aunque el mar se había removido todo apuntaba a la paz y la tranquilidad.
Buenooooooooo, qué amanecer, qué mar, qué todooooooooo

Mientras Susana leía y tomaba el sol yo me fuí a correr un poco, hasta la cadena y volver, después un bañito. Y así hasta la hora de comer

Y nada más amigos.........