Si recordáis el último post, el de Piris 2025, me despedía de la siguiente manera:
DOMINGO 9/11
Desde Teruel vamos directos a Castellón donde hemos quedado con Pau y Tona, comemos juntos y allí mismo comienza un nuevo e inminente proyecto, que seguramente será el tema de la próxima entrada del blog...ya os contaré...
Pues eso, os cuento...
Aún no habíamos llegado a Elche y ya teníamos a Pablo en el otro lado del teléfono diciendo que había encontrado billetes asequibles para el vuelo a Noruega, y, además que ya tenían vista una casa para los dos primeros días en Bergen, el único inconveniente era que había que decidirlo ya, pues los billetes eran para el día 17 de noviembre (estábamos a 9)...Susana y yo nos miramos y...
A las cinco y media de la madrugada ya estabamos en el aeropuerto, una escala en Copenhague y por la tarde ya aterrizamos en Bergen, segunda ciudad en importancia de Noruega.
Recogemos un coche, Toyota Corolla 4x4 en Hertz, y nos vamos a buscar nuestro alojamiento para las dos primeras noches, una planta baja en un edificio de madera a muy corta distancia del centro, aunque sin aparcamiento posible si no eres residente, así que nos tocó meter el vehículo en un parking de pago.
Dejamos los bártulos y nos vamos a dar una vuelta y a comprar algunas cosas para poder cenar y desayunar. El super más popular por aquí es el Kiwi, siempre hay uno cerca.
La casa está muy bien, dos habitaciones, cocina y comedor, un aseo y está agradablemente calentita, con suelo radiante ytoyto...
Amanece un día plomizo y algo lluvioso...lluvia que rapidamente se convierte en aguanieve y poco a poco en nieve.
Subimos con el funicular Fløybanen a lo alto del monte Fløyen y ahí ya la nieve si que se deja notar. Apenas hace frío así que podemos disfrutar de la zona, y, afortunadamente, cuando se despeja, también de las vistas sobre Bergen.
Susana y yo estamos disfrutando mucho de este paseo por la montaña, tiene rincones encantadores y ahora, todo blanco, está genial. Así que jugueteamos un poquito...
Nos hubiéramos quedado más, pero aquí anochece sobre las 15,30 o 15,45 y nos queda toda la ciudad por visitar, así que otra vez al funicular y bajamos al pueblo.
NOTA DEL AUTOR.- (me encanta decir esto)
Al final del viaje hicimos entre Susana y yo más de cuatrocientas fotos, imposible colocar todo por aquí, sin mataros de aburrimiento, así que he hecho una selección.
Estuvimos paseando por el centro y el muelle, el Bryggen y sus casas de colorines en el casco viejo. La Iglesia Santa María, el edificio más viejo de Bergen (1140). La fortaleza medieval de Bergenhus. El Fisketorget, mercado de pescado, en activo desde el siglo XIII. La Catedral de San Olaf.
El Bryggen y la Liga Hanseática así como la historia de las casas de maderas y sus colores es muy interesante profundizar un poco en ello, pero para eso tenemos internet, por si te interesa. (yo ya me lo sé...jejeje)
El miércoles tenemos que dejar la casa y recoger el coche del parking, pagamos 60 €, que nos duelen un montón, y comenzamos nuestro viaje hacia el norte, dirección Ålesund.
Tenemos por delante 420 km. y, según el gps, ocho horas de viaje. Yo alucino hasta que comprendo el porqué de ese horario. No hay autopistas, son carreteras nacionales y comarcales, la velocidad está limitada a 70/80 km/h, y con muchísimos tramos de 50 km/h. Y aún más alucinante, los noruegos lo respetan a pié juntillas.
Como Tarde no es y prisa no tenemos, hacemos lo mismo que los residentes, además, gran parte del viaje nos pilla nevando intensamente así que con más motivo.
A pesar de todo, el viaje se hace muy entretenido, los paisajes son espectaculares y tenemos que parar en más de una ocasión para hacer fotos y para coger ferrys, pero al final llegamos triunfantes a Ålesund, donde ya teníamos casa reservada.
La ciudad ardió enterita en 1904 por culpa de una tormenta que provocó un incendio en una fábrica de conservas. Como las casas eran de madera, imagínate el desastre. Sólo se salvó una casa "la casa milagro". Tan solo tardaron tres años en reconstruir la ciudad entera , con la particularidad del estilo arquitectónico utilizado para ello, el estilo modernista ART NOUVEAU.
Aquí también aprovechamos que el tiempo nos ha respetado y subimos a Fjellstua su mirador principal para alucinar con las vistas.
Como nuestro objetivo es subir lo máximo que podamos hacia el norte para intentar ver las auroras boreales no podemos dedicarle más tiempo a esta ciudad y al día siguiente continuamos viaje hacia Trondheim, pero antes queremos visitar la carretera del Atlántico. Así que ponemos los datos en el gps y continuamos viaje.
En el parabrisas del coche llevamos la tarjeta PASS que te permite coger todos los peajes sin parar, tanto túneles, puentes, carreteras y ferrys, ya nos pasaran la cuenta al regreso. Desde Ålesund vamos subiendo dirección Averoy, cogemos varios ferrys
Pasamos por Molde y al final llegamos, aún de día, a la famosa carretera del Océano Atlántico, la pasamos varias veces y en ambos sentidos, una conduciendo Pablo y otra yo, es una experiencia muy interesante.
Se nos echa la noche encima y llegamos a Trondheim ya noche cerrada, aunque nos resulta fácil, a pesar de la nevada que está cayendo, encontrar el apartamento.
No lo he dicho antes, pero lo digo ahora, tanto Pablo como Tona y Susana llevan en el móvil una aplicación especial para el tema de las Auroras Boreales, y para esta noche en concreto da posibilidades de poder ver algo, a pesar de que las nubes tapan el cielo. Después de cenar, nos abrigamos bastante y salimos a la caza de auroras...sin ningún éxito, ya te lo digo.
Por la mañana sigue nevando, pillamos paraguas y nos vamos a recorrer la ciudad
Hemos aparcado muy cerca del centro histórico y aprovechamos para visitar la Catedral de Nidaros, de signo luterano y donde se encuentra enterrado San Olav, el rey vikingo cristiano.
En Trondheim también hay un barrio Bryggen, de casas de madera de colorines, con la característica de que están dentro del agua del río Nidelva y su famoso puente Viejo o Gamle Bybro
El puente une la ciudad con el barrio de Bakklandet, donde se encuentra el famoso ascensor de bicicletas Trampe, del cual ya nos había hablado Pablo, pero que no pudimos ver porque la calle estaba en obras.
Desgraciadamente, y, aunque la app de las auroras cada vez es más optimista nuestros resultados son nefastos y no hemos conseguido ver nada, todas las noches los cielos estan tapados sin dejar ninguna posibilidad de avistar boreales.
Hemos de empezar a bajar hacia el sur, las carreteras interiores están cerradas por la nieve, así que en parte tenemos que deshacer el camino ya hecho y volvemos a Ålesund donde volveremos a pasar otra noche
Tona ha pillado una supercasa en un barrio residencial por tan sólo 85€ para los cuatro y con unas vistas sobre el Arena y el Puerto Naútico.
Continuamos viaje...
Nos dirijimos hacia Geiranger para visitar su fiordo de 15km. de longitud y su carretera de montaña con 18 tornantes muy cerradas.
Aprovechamos la gran cantidad de nieve para tontear un poco y divertirnos un mucho. El lugar es impresionante.
Deshacemos unos cuantos kilómetros de carretera incluyendo el superpuertaco de las curvas y vamos hacia el pueblo de Stryn, donde hemos pillado habitación para pasar la noche.
Heroicamente decidimos tomar unas cervezas, tres, en la pizzeria Napoli, y nos clavan 30 euros, ya estamos contentos, así que a la cama que mañana tenemos que continuar viaje. Por supuesto aquí tampoco hay opción de ver auroras boreales, cielo tapado y toda la noche nevisqueando.
Nuestro objetivo desde Stryn es visitar las cascadas de Voringsfossen y queremos llegar de día.
Pillamos varios ferrys pero antes hemos de atravesar un puerto de montaña donde hay varias estaciones de esquí, tanto alpino como nórdico, un paisaje increíble.
A pesar de que en la carretera no se puede ver el asfalto el coche se porta fenomenal y no hay ningún problema de tracción, sin poder correr mucho y tras pasar por unas carreteras extraordinarias, túneles con rotondas en su interior, puentes de un sólo arco que atraviesan el fiordo, llegamos aún de día, al objetivo de hoy.
Aunque apenas se aprecia en las fotos, en esta garganta profunda hay dos cascadas gigantescas, una totalmente congelada y la otra con un poco de corriente que rompe los grandes carámbanos de hielo que se han formado en estos días de frío. Pablo nos comenta que en verano el ruido del agua es ensordecedor
Hoy nos ha costado bastante encontrar sitio para dormir, pero al final, Tona con su habilidad característica ha encontrado un sitio a tan sólo 40 km. de las cascadas, así que aprovechando las últimas luces de la tarde nos vamos hacia Ulvik.
Llegamos noche cerrada (sólo son las cinco de la tarde) y aunque al principio nos cuesta encontrar la casa al final lo hacemos y nos llevamos una grata sorpresa...
Resulta que con la casa se incluye el uso y disfrute de la sauna y de un jacuzzi...no te digo ná y te lo digo tó...
Afuera estamos a -3 grados pero dentro se está en la gloria, la transición entre la sauna y el jacuzzi la hacemos pisando nieve...oeoeoeoeoeoe...en esta ocasión los cielos están despejados, pero tampoco tenemos suerte, quizás estamos demasiado al sur.
Teníamos la esperanza...
También teníamos a nuestra disposición cuatro bicicletas y cuatro kayaks, que pena que ya no nos quedaba tiempo para casi nada.
Hoy ya es lunes, el último día, aún tenemos que regresar a Bergen, devolver el coche y coger el avión.
Con alguna retención en la carretera debida a obras llegamos a Bergen sin mayores contratiempos, aún podemos dar un último paseo por la ciudad, comernos un bocata y dirigirnos al aeropuerto para volver a casa.
A modo de resumen decir que nos hemos dejado muchísimo por ver en cada una de las ciudades donde hemos estado, somos conscientes de ello, pero en un viaje de ocho días y con el objetivo claro de intentar ver auroras boreales creo que no se podía haceer de otra manera. Lo hemos disfrutado muchísimo y hemos visto que es un país donde, si podemos, nos gustaría volver, naturaleza en estado puro. QUIERO MÁS!!!